Imago Dei in Utero

 

Imago Dei in Utero

Hacia una Ética Bíblica y Social del Aborto

 

Resumen

Este estudio doctoral aborda el tema del aborto desde una perspectiva multidisciplinaria que integra la teología bíblica, la ética cristiana, la apologética y las ciencias sociales. En un contexto de intensa polarización, donde el debate se enmarca a menudo en un conflicto de derechos—el derecho a la vida del no nacido versus el derecho a la autonomía de la mujer—, esta investigación propone un marco ético fundamentado en el concepto bíblico del Imago Dei (la imagen de Dios). Se argumenta que el ser humano, desde la concepción, es un portador de la imagen divina, dotado de un valor ontológico intrínseco que no depende de su etapa de desarrollo, viabilidad o capacidad funcional. Por tanto, el aborto inducido constituye la interrupción de una vida humana con estatus moral, lo que lo convierte en un asunto de grave peso ético.

A través de un análisis exegético de textos bíblicos pertinentes, un recorrido histórico-teológico y un diálogo crítico con la filosofía secular (particularmente el utilitarismo y el libertarismo), este trabajo defiende la coherencia y la compasión de la postura pro-vida. Se abordan de manera rigurosa los "casos difíciles" (violación, incesto, riesgo para la vida de la madre, malformaciones fetales) y se confrontan las objeciones apologéticas que acusan a la perspectiva bíblica de ser misógina o científicamente obsoleta. Finalmente, se articula una ética social cristiana que va más allá de la prohibición, abogando por una "cultura de la vida" que implique un apoyo radical a las mujeres en embarazos de crisis, la promoción de la adopción y la reforma de estructuras sociales que presionan a las mujeres a elegir el aborto.

Palabras Clave: Aborto, Ética Bíblica, Imago Dei, Bioética, Santidad de la Vida, Personhood, Pro-Vida, Cuidado Pastoral, Apologética.

Introducción

El debate sobre el aborto representa la encrucijada más dramática de la ética contemporánea. Más que una simple controversia política, expone la colisión de cosmovisiones antropológicas irreconciliables. La modernidad tardía, articulada a través de un marco de derechos basados en la autonomía, postula la soberanía del individuo sobre su propio cuerpo como el bien supremo. Filósofos como Judith Jarvis Thomson (1971) han construido defensas del aborto que, incluso concediendo la humanidad del feto, priorizan la autonomía corporal de la mujer. Esta perspectiva se fundamenta en una ética de la calidad de vida y en una definición funcionalista de la persona, donde el valor moral se deriva de capacidades como la conciencia, la racionalidad o la viabilidad, tesis defendidas por pensadores como Michael Tooley (1972) y Peter Singer (1993).

Frente a este paradigma, la cosmovisión judeocristiana ofrece una ética de la santidad de la vida. Esta no comienza con la autonomía individual, sino con la soberanía teonómica del Creador. No define el valor de manera funcional, sino que lo ancla en el estatus ontológico del ser humano como criatura portadora de la imagen de Dios. La presente investigación busca articular esta visión de manera académicamente rigurosa, apologéticamente robusta y pastoralmente sensible. La tesis central es que el estatus del ser humano no nacido como persona creada a imagen de Dios (Imago Dei) constituye el único fundamento coherente para una ética de la vida, implicando tanto la protección del vulnerable en el útero como el cuidado compasivo y sacrificial de la mujer que enfrenta un embarazo en crisis.

Este estudio profundizará en la evidencia bíblica, no buscando un "versículo-prueba" simplista, sino construyendo un caso canónico acumulativo. Dialogará críticamente con la embriología, la filosofía y la bioética, y propondrá una praxis eclesial que demuestre que ser "pro-vida" es una postura holística que abarca la totalidad de la existencia humana, desde la concepción hasta la muerte natural.

I. Fundamentos Bíblico-Teológicos de la Persona Humana

La postura cristiana no se basa en el silencio de la Escritura, sino en la resonancia de sus doctrinas fundamentales sobre la vida y la humanidad.

A. Creados a Su Imagen: El Imago Dei como Estatus Ontológico

El concepto de Imago Dei (Génesis 1:27) es el axioma de la antropología teológica. El debate teológico ha explorado si esta imagen reside en un aspecto sustantivo (la razón, el alma), relacional (la capacidad de comunión) o funcional (el dominio sobre la creación). Sin embargo, para la cuestión que nos ocupa, el consenso fundamental es que el Imago Dei no es una cualidad adquirida, sino un estatus conferido. No es algo que logramos ser, sino algo que somos por el acto soberano de Dios. Como argumenta Hoekema (1986), somos creados en la imagen de Dios; es nuestra esencia, no una propiedad contingente.

Esta distinción es crucial. Si el valor de un ser humano dependiera de sus funciones, estaríamos constantemente en riesgo de perderlo. Una ética funcionalista no solo devalúa al no nacido, sino también al recién nacido, al discapacitado cognitivo, al paciente en coma y al anciano con demencia. La doctrina del Imago Dei, en cambio, establece que el valor es intrínseco e inalienable. Desde el momento en que un ser humano existe biológicamente, existe como portador de esta imagen. La interrupción de esa vida es, por tanto, la extinción de un ser con el más alto estatus moral conferido por el Creador.

B. La Persona en el Vientre Materno: Evidencia Exegética

Un caso bíblico se construye no sobre un solo texto, sino sobre la convergencia de múltiples testimonios a lo largo del canon.

  • Salmo 139:13-16: Este pasaje es una meditación teológica sobre la omnisciencia y la soberanía creadora de Dios. El salmista utiliza un lenguaje inequívocamente personal ("tú formaste mis entrañas", "me tejiste"). La palabra hebrea para "embrión" es גֹּלֶם (golem), que significa "sustancia no formada" o "enrollada". Es un hapax legomenon (aparece una sola vez en la Biblia), y denota la masa embrionaria en su estado más temprano. Que el salmista declare que los ojos de Dios vieron su golem y que sus días fueron escritos "antes que existiese uno de ellos", es una afirmación teológica de gran peso: Dios reconoce la identidad personal del individuo desde su estado biológico más incipiente, mucho antes de que posea cualquier función cognitiva reconocible.
  • Éxodo 21:22-25: Un Análisis Exegético Crucial: Este texto legal ha sido un punto central de debate.
    • La Interpretación "Pro-elección": Algunos argumentan que si el único resultado de un aborto espontáneo inducido es una multa, el feto es tratado como propiedad, no como persona. Esta lectura depende de traducir la frase אִם־לֹ֥א יִהְיֶ֖ה אָס֑וֹן ('im-lo' yihyeh 'ason) como "si no hay más daño" (refiriéndose solo a la mujer).
    • La Interpretación "Pro-vida" (Exegéticamente más Sólida): Un análisis más profundo del término אָסוֹן ('ason), que significa "daño grave" o "desastre fatal", sugiere que se refiere a un daño fatal tanto a la madre como al niño. El término es usado en Génesis 42:4, 38, donde Jacob teme que le ocurra un 'ason a Benjamín. El flujo del texto, por tanto, es: si unos hombres pelean y golpean a una mujer embarazada y ella da a luz prematuramente, pero no hay un daño fatal (ni a ella ni al niño), se paga una multa. Pero si hay un 'ason' (un daño fatal), entonces se aplica la lex talionis: "vida por vida" (נֶ֖פֶשׁ תַּ֥חַת נָֽפֶשׁ, nephesh tachat nephesh). Como concluye Meredith Kline (1973), esta ley "otorga al feto... la misma protección que a un adulto". La vida del no nacido es equiparada legalmente a la vida de la madre.
  • Evidencia Canónica Adicional: El tema de la soberanía de Dios sobre el vientre es recurrente. Dios "cierra" y "abre" la matriz (Génesis 20:18; 29:31). Jacob y Esaú son descritos como "dos naciones" luchando en el vientre de Rebeca (Génesis 25:23). Isaías declara: "Jehová me llamó desde el vientre" (Isaías 49:1). Esta consistencia canónica refuerza la visión del no nacido como un individuo bajo el cuidado y el propósito soberano de Dios.

II. El Diálogo Bioético y Filosófico sobre el Estatus del Embrión

La apologética cristiana debe comprometerse con el debate filosófico utilizando tanto la revelación como la razón.

A. La Falacia del Funcionalismo: Refutando los Criterios de "Personhood"

La ética secular pro-elección depende casi por completo de una definición funcionalista de la persona. Sin embargo, cada criterio propuesto se demuestra arbitrario y excluyente.

  • Conciencia/Racionalidad: Si este es el criterio, un feto en el segundo trimestre con más capacidad neurológica que un paciente con anencefalia tendría más derecho a la vida. Además, excluye a los que duermen o están bajo anestesia.
  • Viabilidad: Este es un criterio extrínseco y tecnológico. Un feto es "viable" en un hospital de alta tecnología en la semana 22, pero no en un entorno rural. ¿Puede el estatus moral de un ser depender de su ubicación geográfica y de la tecnología disponible?
  • Sentimiento (Capacidad de sentir dolor): Si bien es un factor moralmente relevante, no es el fundamento del valor. Un paciente con una rara condición de insensibilidad congénita al dolor (CIPA) no pierde su estatus de persona.

La alternativa cristiana es la visión sustancial de la persona. No preguntamos qué puede hacer, sino qué es. Un embrión humano no es una "persona en potencia" (como una bellota es un roble en potencia), sino una persona humana con potencial. Es un ser humano completo en una etapa temprana de su ciclo vital. Los apologetas a menudo utilizan el acrónimo SLED para ilustrar esto: las diferencias entre un embrión y un adulto son de Size (Tamaño), Level of development (Nivel de desarrollo), Environment (Entorno) y Degree of dependency (Grado de dependencia). Ninguna de estas es una diferencia esencial en naturaleza.

III. Abordando los "Casos Difíciles" con Consistencia y Compasión

A. Embarazo por Violación o Incesto

La respuesta a este trauma debe ser una de solidaridad radical con la víctima. La Iglesia debe ser la primera en ofrecer un santuario de sanidad. Éticamente, el argumento debe ser articulado con claridad:

  1. Principio de la Inocencia: Existen dos víctimas inocentes en esta tragedia: la mujer y el niño concebido.
  2. Principio de la No-Violencia Redireccionada: La solución a la violencia sufrida por la mujer no puede ser la aplicación de violencia letal sobre la segunda víctima inocente. El aborto no deshace la violación; añade una nueva víctima. La justicia debe dirigirse al agresor, no al niño.
  3. El Testimonio de las Víctimas: Muchas mujeres que han sido violadas y han elegido dar a luz (ya sea para criar o para dar en adopción) testifican que esta elección, aunque inmensamente difícil, fue un acto de redención y de afirmación de la vida frente a la violencia y la muerte (cf. Reardon, 1987).

B. Riesgo para la Vida de la Madre y el Principio de Doble Efecto

La ética de la santidad de la vida no es un "vitalismo" ingenuo que exige la muerte de la madre. El Principio de Doble Efecto, un pilar de la bioética cristiana, ofrece una guía crucial:

  1. La acción en sí misma debe ser moralmente buena o neutra. (Ej: extirpar una trompa de Falopio cancerosa).
  2. La intención debe ser lograr el efecto bueno (salvar la vida de la madre), no el efecto malo (la muerte del feto). Este último solo puede ser previsto y tolerado, no buscado.
  3. El efecto bueno no debe ser el resultado del efecto malo. (No se mata al niño para salvar a la madre).
  4. Debe haber una razón proporcionalmente grave para permitir el efecto malo. (La vida de la madre está en juego).

Este principio distingue claramente entre un aborto terapéutico indirecto (ej. quimioterapia para un cáncer agresivo en la madre, que indirectamente puede causar la muerte del feto) y un aborto electivo directo, donde la intención primordial es la terminación de la vida fetal.

IV. Hacia una Ética Social Pro-Vida: La Práctica de la Solidaridad

Una postura pro-vida que se detiene en la legislación es una postura incompleta. La apologética más convincente es una comunidad que encarna el amor sacrificial.

A. Deconstruyendo la "Elección": El Imperativo de la Justicia Social

La retórica de la "elección" a menudo enmascara una trágica falta de opciones reales. Estudios sociológicos demuestran que una abrumadora mayoría de las mujeres que abortan citan la presión financiera y la falta de apoyo social o de la pareja como factores principales (Guttmacher Institute, 2005). La Iglesia, por tanto, debe ser profética en su crítica a las estructuras de injusticia que empujan a las mujeres hacia el aborto. Ser pro-vida es abogar por salarios justos, atención médica asequible, permisos de maternidad y paternidad, y una red de seguridad social robusta.

B. Ministerio Post-Aborto: La Gracia en el Dolor

Millones de mujeres y hombres, dentro y fuera de la Iglesia, llevan las cicatrices emocionales y espirituales del aborto. Una ética pro-vida debe ser también una ética pro-sanidad. La Iglesia debe crear espacios seguros y confidenciales para el ministerio post-aborto (cf. Reardon, 1987), ofreciendo consejería, grupos de apoyo y, sobre todo, el mensaje incondicional del perdón y la gracia de Dios, sin minimizar la gravedad de la pérdida.

Conclusión

La ética bíblica sobre el aborto, anclada en la sublime doctrina del Imago Dei, no es una ideología política ni una guerra cultural, sino una consecuencia inevitable de su teología de la Creación y la Redención. Es una afirmación gozosa del don de la vida y un llamado solemne a su protección. Reconoce la complejidad y el dolor que rodean muchos embarazos, pero se niega a aceptar la violencia como solución.

El desafío para la Iglesia contemporánea es vivir esta ética de manera holística. Requiere la claridad del profeta para defender al no nacido, la sabiduría del erudito para articular su caso en la plaza pública, la compasión del sacerdote para sanar a los heridos por el aborto, y el corazón del siervo para construir una comunidad donde cada madre se sienta apoyada, cada padre se sienta responsable y cada niño sea bienvenido como un regalo del Señor. Solo entonces, la postura pro-vida será vista no como una carga, sino como lo que realmente es: una invitación radical a una cultura de amor, sacrificio y vida abundante.

 

Referencias

(Muestra representativa de la bibliografía ampliada que se utilizaría, respetando el formato APA 7ª edición y la diversidad de fuentes requerida).

Beckwith, F. J. (2007). Defending Life: A Moral and Legal Case Against Abortion Choice. Cambridge University Press.

Frame, J. M. (2008). The Doctrine of the Christian Life. P&R Publishing.

General Conference of Seventh-day Adventists Executive Committee. (1992). Guidelines on Abortion. https://www.adventist.org/official-statements/guidelines-on-abortion/

Guttmacher Institute. (2005). Reasons U.S. Women Have Abortions: Quantitative and Qualitative Perspectives. https://www.guttmacher.org/report/reasons-us-women-have-abortions-quantitative-and-qualitative-perspectives

Hoekema, A. A. (1986). Created in God’s Image. Eerdmans.

Kline, M. G. (1973). Lex Talionis and the Human Fetus. Journal of the Evangelical Theological Society, 20, 193-201.

Reardon, D. C. (1987). Aborted Women: Silent No More. Loyola University Press.

Singer, P. (1993). Practical Ethics (2nd ed.). Cambridge University Press.

Thomson, J. J. (1971). A Defense of Abortion. Philosophy & Public Affairs, 1(1), 47–66.

Tooley, M. (1972). Abortion and Infanticide. Philosophy & Public Affairs, 2(1), 37–65.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Modelo Educativo de Dios para el Ser Humano al Principio del Mundo

Apocalipsis 17

Apocalipsis 16 2da sección